Ya van tres. Y duele más que la primera. ¿Cuántas más habrán de pasar? ¿Cinco? ¿Diez? ¿Todas?
Recuerdo una tarde perdida en la distancia remota de la memoria en que dijiste “Santa no existe” y me enseñaste los regalos escondidos en el closet de mamá. Lloré una tarde entera. Recuerdo que botaste el árbol persiguiendo al gato y rompiste los adornos y me echaste la culpa. Yo alegué y nos castigaron a los dos. Fuiste tú quien vomitó en la fuente de ponche por comer tanto pan de pascua y te recuerdo arrancando del coro de la iglesia a mitad del canto. Me pregunto qué habría pasado hoy…
Tres navidades sin ti.
Junto a mí, sólo queda la sombra de la mujer que nunca llegaré a ser. Me haces tanta falta y estas fechas sólo acrecientan el dolor.
…acabo de escuchar tu risa en el patio y nerviosa me asomo a la ventana… sabía que ahí estabas. Sentado en la ausencia.
Recuerdo una tarde perdida en la distancia remota de la memoria en que dijiste “Santa no existe” y me enseñaste los regalos escondidos en el closet de mamá. Lloré una tarde entera. Recuerdo que botaste el árbol persiguiendo al gato y rompiste los adornos y me echaste la culpa. Yo alegué y nos castigaron a los dos. Fuiste tú quien vomitó en la fuente de ponche por comer tanto pan de pascua y te recuerdo arrancando del coro de la iglesia a mitad del canto. Me pregunto qué habría pasado hoy…
Tres navidades sin ti.
Junto a mí, sólo queda la sombra de la mujer que nunca llegaré a ser. Me haces tanta falta y estas fechas sólo acrecientan el dolor.
…acabo de escuchar tu risa en el patio y nerviosa me asomo a la ventana… sabía que ahí estabas. Sentado en la ausencia.
Excelente microrrelato. Si te interesa, te recomiendo un sitio ning, se llama Minificciones, de Carolina Fernandez, de Mendoza, Argentina. Te aseguro que engalanarías el sitio y encontrarías perlas muy disfrutables.
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